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7 de junio de 2011

Tenemos nuevo presidente.



Al final de cuentas vicié mi voto y no me considero irresponsable. Al viciar me mostré en contra de los dos candidatos pues ambos me generaban dudas y reparos; sin embargo, al viciar también acepté tacitamente que la decisión del nuevo mandatario dependía del resto de ciudadanos y yo aceptaría democraticamente al ganador de la contienda.

Ya todos sabemos que Ollanta Humala Tasso es el actual presidente electo pese a quien le pese. No quiero escribir sobre los comentarios de intolerancia y racismo de las clases A/B (sé que es una palabra fuerte pero ese es el único nombre que le podemos dar), sobre ese tema ennumeraré una serie de links para que se ilustren y vean lo lindo y unido que es mi país (cabe resaltar que no todos los A/B son merecedores de ese calificativo).



Por el momento quiero ser positiva y creer que se logrará una izquierda moderada y moderna, quiero creer que Humala será un Lula y no un Chávez, quiero creer lo mejor de mi país, lo quiero creer. No quiero ser como muchos de mis "amigos de facebook" que han lanzado anuncios de fuga del país y catastróficas predicciones. Tampoco quiero pecar de inocente, pero es del Perú, el país en el que vivo, del que estamos hablando y creo que anunciar la desgracia peruana no es un acto patriotismo.

La gente anda asustada por sus bolsillos, no los culpo, ¿a quién no le preocupa su situacion económica? A mi me preocupa. Pero hay que tomarlo todo con calma, no nos dejemos llevar por historias del tipo "te van sacar tu dinero del banco", "te van a quitar las propiedades", "estaremos peor que Venezuela"; hay que creer en las propuestas del presidente electo, repito, tenemos que ser positivos, hay que darle un tiempo y ver como se va desenvolviendo una vez tenga el poder. Pero eso sí, tal como dijo Claudia Cisneros: Si Ollanta Humala patea el tablero, nosotros le pateamos el trasero.

Y bueno, ya mucha politika... volvamos a los nuestro.

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